Oporto, Portugal — En una noche de gloria para la Seleção das Quinas, Portugal logró su clasificación al Mundial de 2026 con una goleada impresionante: 9-1 sobre Armenia en Oporto, demostrando que pueden brillar sin su figura histórica, Cristiano Ronaldo, suspendido para este duelo.
Estrellas brillaron con luz propia
- João Neves (PSG) y Bruno Fernandes (Manchester United) fueron los grandes protagonistas del partido, cada uno firmando un hat-trick.
- El primer gol del encuentro llegó temprano: Renato Veiga anotó su primer tanto como internacional mayor al minuto 7 con un remate de cabeza.
- También se hicieron presentes en el marcador Gonçalo Ramos y Francisco Conceição, quienes completaron la goleada lisboeta.
Cómo se dio la remontada
Portugal empezó dominando, pero Armenia sorprendió e igualó el partido poco después. Sin embargo, los lusos tardaron poco en tomar el control: Neves marcó dos veces antes del medio tiempo (incluyendo un golazo de tiro libre), y justo antes del descanso, Fernandes convirtió un penal para dejar el marcador 5-1 al descanso.
En el segundo tiempo, la avalancha continuó. Fernandes completó su triplete con otro penal, Neves anotó su tercero con frialdad, y en el tiempo agregado, Conceição puso la cereza con un gol de media distancia.
Sin Ronaldo… y con contundencia
- Cristiano Ronaldo no jugó, ya que estaba suspendido tras una expulsión reciente.
- A pesar de su ausencia, Portugal demostró una solidez ofensiva y colectiva sorprendente, liderados por su entrenador Roberto Martínez.
- Martínez destacó la actuación como “completa” y elogió la disciplina y actitud del equipo.
¿Por qué importa?
- Clasificación asegurada: Con este resultado, Portugal cierra su boleto directo al Mundial 2026.
- Renovación generacional: Neves y Veiga representan el futuro de la selección portuguesa, mientras que Fernandes confirma su liderazgo.
- Mensaje contundente: La victoria envía una señal clara: Portugal puede aspirar alto incluso sin su estrella más icónica.
- Motivación para el torneo: Con un equipo joven y ambicioso, la Selección portuguesa llega al Mundial con confianza y ganas de demostrar que no depende solo de su pasado.